Me habían dicho que era uno de los edificios más viejos de la ciudad, sin embargo, sólo estaría allí aproximadamente una semana o tal vez menos, era una habitación con baño, amoblada, en arriendo a muy buen precio, de tal manera que la tomé mientras me dedicaba a distribuir los libros en las librerías con las que lo había acordado. Pasaría en la calle ocupado la mayor parte del día, al anochecer era que llegaría a descansar para cumplir de nuevo al siguiente día con la agenda prevista, algunas visitas y consultas editoriales pendientes además del reencuentro con algunos viejos amigos de estudios. Recuerdo que los pasillos de aquel recinto lucían muy viejos como de otra época, el piso era de madera como barnizada al igual que las paredes que tenían una cubierta de madera como de un metro treinta de altura, también barnizada al parecer, como en un intento de darle tal vez un mejor aspecto. Lo interesante sin embargo, ocurría en las noches, pues un lugar tan tranquilo y s...
(Por Fernán Tamayo) "Narrativa Crítica"